A veces, simplemente decides estar callado. Porque…
– puede ser que no tengas nada interesante que decir o que añadir a los que otros han dicho. También, que tu visión esté sesgada y lo que digas no vaya a ser todo lo objetivo que se espera.
– es un silencio obligado por situaciones incómodas que no mejorarán con tus palabras.
– estás en guerra con todo o con todos, y si todo el mundo fuese igual que tú… Con tiempo y paciencia se pueden frenar los pensamientos pesimistas, alejar los nubarrones y seguir el sendero que otras veces desembocó en la tranquilidad.
– estás manteniendo una acalorada discusión contigo mismo y tres son multitud.
Sea como fuere, nunca nadie está callado con todo el mundo, ni eternamente. Cada cual tiene su tiempo, su espacio… y su vida. El derecho a la pataleta, la queja, etc. es universal. Pero no está de más parar y preguntarse si no sería mejor darse un respiro y tratar de ver las cosas con un poco más de alegría. A lo mejor así, casi sin querer, hasta sonríes.
Es lo último que nos queda: el derecho a patalear. No podemos dejar que nos lo quiten también… 😉
No,no; ni a patalear ni a ser las ovejas negras que piensan diferentes del rebaño. Eso nunca :p
Lo estás haciendo muy bien, tu tranki. Nunca se pierde el tiempo ni se pierden oportunidades. Has avanzado, es un año mas, un intento mas…no sobran.Objetivo en mente y solo mirar para delante. Dice el Chojin que “por qué terminé haciendo lo que todos hacen si siempre me sentí diferente”. Pero el ya llegó a destacar del resto de la gente por sentirse diferente. Lo que tengas en el coco es muy importante para alcanzar pequeños objetivos. Paso firme y sin dudas. Como dirían en “La Fotografía”: “desde ahí arriba cada vez tienen mas ganas de animarte y tirar de ti”
;=)
¡Nos vemos pronto David! 🙂