Hoy mientras leía un poco las noticias por Internet, me sorprendió sobremanera la de un alemán de 29 años que llevaba 9 meses viviendo en una taquilla de una estación de tren. Por increíble que parezca es cierta, y la historia del chico me ha dado pena. Pena por cómo alguien que aparentemente llevaba una vida normal llega hasta ese punto, alguien que a raíz de que su novia le dejase se fue echando a perder, se metió en el mundo de la droga y acabó de esta manera. ¿Cuántas veces lo hemos pasado tan mal y creemos que hemos perdido el rumbo? ¿Hasta dónde la tristeza nos puede nublar la razón? Me ha impresionado mucho…
(El joven va a ser juzgado por el hecho de vivir ahí, podría ser condenado a 9 meses de cárcel, y como tantos, opino que casi es lo mejor que le puede pasar dado la vida que estaba llevando)